domingo, 3 de mayo de 2015

ANTECEDENTES: ANÁLISIS DEL DISCURSO; HAROLD GARFINKEL


Etnomedología

El término “etnometodología” fue acuñado en el decenio de 1950 por el sociólogo norteamericano, y figura intelectual capital de la etnometodología, Harold Garfinkel. Al investigar acerca de las deliberaciones de los miembros de un jurado, Garfinkel se interesó en los procedimientos de razonamiento, a los cuales llamó “métodos", a través de los cuales fueron tomadas decisiones colectivas y se cumplieron veredictos.

Tales “métodos” no estaban basados en un conocimiento especializado o en tipos particulares de pensamiento lógico o legal; más bien, fueron expresados sobre la base del conocimiento de sentido común diario. La invención de Garfinkel del término “etnometodología” marcó el inicio de un programa de estudios dirigido a socavar las imperantes preocupaciones del funcionalismo estructural mediante explicaciones “científicas” acerca de cómo es constituido y mantenido el orden social. 

Más que la búsqueda de correctivos “científicos” o explicaciones evaluativas del orden social, los estudios en etnometodología fueron conducidos con “indiferencia etnometodológica”. Esto se logró suspendiendo (o “poniendo entre paréntesis”) las aspiraciones evaluativas y correctivas, y centrándose, más bien, en cómo los mismos miembros de la sociedad, mediante lo que dan por cierto, sus prácticas (“métodos”) del sentido común, cumplen a cabalidad el orden social. Para los etnometodologistas, el orden social, con un sentido, y la racionalidad3 son fenómenos socialmente cumplidos, que “trabajan” de manera incesante, y se cumplen local y contingentemente.


Los “etnométodos” son, entonces, los métodos propios de la gente (no de los científicos) para cumplir a cabalidad y exhibir tales fenómenos; las personas son, como Turner lo expresa, miembros de las “prácticas de producción”. La etnometodología sostiene que es el estudio de cómo las “prácticas” o los “métodos” son usados por los miembros al actuar de manera contingente, en circunstancias particulares y concretas, para crear y sustentar el orden social, lo que permite una revaloración fundamental y un entendimiento detallado de la naturaleza de ese orden. Tal “orden” es creado y conocido, no sobre la base de una matriz externa u “objetiva”, sino de manera endógena (desde el interior de actividades temporalmente ordenadas). La etnometodología, como  lo propuso, está: interesada por la cuestión de cómo, sobre el curso temporal de sus compromisos reales, y “conociendo” la sociedad solamente desde adentro, los miembros producen actividades prácticas estables, es decir, las estructuras sociales de las actividades diarias. 

El programa de la etnometodología plantea que ninguna actividad o evento (no importa lo trivial que parezca o lo insignificante que sea) puede eximirse de estudio. En un considerable y heterogéneo marco de trabajo desarrollado a lo largo de treinta años, las descripciones etnometodologistas de las “prácticas de producción” incluyen la forma en que los médicos recopilan los archivos, la forma en que se cumplen el “género” y la “etnia”, los métodos mediante los cuales los estudiosos de la conversación categorizan a las personas, cómo aprender el sonido de jazz en el piano, la forma en que los científicos construyen sus hallazgos y objetos científicos, cómo las relaciones sociales son mediadas por textos, y los procedimientos de los ingenieros de software para seguir las guías técnicas. 

En efecto, Garfinkel dio comienzo a un ataque frontal a la suposición de una realidad externa, objetiva, cuya existencia puede ser conocida y descrita independientemente de la mediación humana.Él propuso que los miembros no están simplemente en un escenario social “objetivo”; sino que, más bien, ellos, en efecto, hacen esos escenarios. Y es a través del hacer (y sólo ahí) que el orden, sentido, racionalidad y estabilidad de las actividades sociales se cumple y se hace posible. Para estudiar este logro, la etnometodología se enfoca en “el conocimiento que un miembro tiene de sus asuntos corrientes, de sus propias iniciativas organizadas, donde tal conocimiento es considerado por nosotros como parte del escenario que también hace observable”. Esto es, la cualidad observable-comunicable de las acciones,es decir, la narrabilidad de las accion, no puede estar divorciada de la forma en que los miembros las organizan y coordinan dentro de un escenario. Ni, por implicación, el escenario social puede ser considerado recurriendo a las interpretaciones analíticas a priori de los científicos

El propósito del programa de estudio que llegó a ser conocido como etnometodología fue analizar la organización social exclusivamente a partir de las “estructuras de experiencia” de los miembros, más que a partir de categorías, representaciones o esquemas deducidos “objetivamente” o “científicamente”. Es sólo mediante tales “estructuras de experiencia”, sostienen los etnometodologistas, que las actividades y eventos se reconocen como fenómenos ordenados y racionales.
HAROLD GARFINKEL

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