jueves, 12 de marzo de 2015

Articulo, Hacer que la psicología sea relevante.

Hacer que la Psicología sea relevante. De: Jonathan Potter Universidad de Loughborough Traducido por Jenniffer Lopera Moreno Resumen Este artículo describe algunas características fundamentales del enfoque psicológico al discurso. En particular, la psicología discursiva está analíticamente enfocada a la forma en la que los fenómenos psicológicos pueden considerarse como fenómenos prácticos, responsables, personificados, encarnados y expuestos. Este artículo describe la versión particular del constructivismo que establece la psicología discursiva y su enfoque distintivo a la cognición como puntos de contraste en un rango de perspectivas distintas que incluyen el análisis crítico del discurso, la sociolingüística, la etno-metodología y el análisis conversacional. Por último este artículo describe tres áreas en las que la psicología discursiva está relacionada con la crítica social: el trabajo sobre categorías y prejuicios, algunos aspectos relacionados con el cognitivismo y sus problemas y el trabajo que intenta desarrollar una psicología discursiva en las instituciones. El articula comienza preguntándose que es la psicología discursiva Expone que es una forma de caracterizar a la Psicología Discursiva es señalando que se trata un enfoque que considera la psicología como un objeto en y para la interacción. Este enfoque específicamente se denomina Psicología Discursiva por lo que se trata de una psicología concebida como parte del discurso, como una característica de las prácticas que se manifiestan en un rango de escenarios. Hace una comparativa entre la psicología tradicional y la psicología Discursiva, la psicología tradicional se dedican a dar una explicación técnica de los estados, procesos y entidades psicológicos reales que sustentan y subyacen (y por lo tanto explican parcialmente) la acción. La Psicología Discursiva concibe la psicología desde la posición de los participantes, es decir, considera sus construcciones, términos, orientaciones e imágenes prácticas y situadas. Por lo que la en la Psicología Discursiva, la psicología es: Práctica: En este sentido, la psicología está circunscrita a las prácticas de las personas. Es considerada como objetos la partes psicológicas, materiales y la parte social estos objetos son invocados en actividades tales como la culpa, la complementación, la invitación, etc. (Potter, 1996). Responsable: Dado que la psicología está construida en prácticas cotidianas estas tienen que tener un énfasis en el carácter responsable que tiene dicha disciplina, el articulo presentaba una pregunta el cual decía ¿cómo se lograba esta responsabilidad? Esta recae en dos niveles simultáneamente. En el primer nivel, existe la construcción de agencia y responsabilidad del hablante en los eventos reportados (quién o qué debe ser culpado, complementado, etc.). En el segundo nivel, existe la construcción por parte del hablante de su propia agencia y responsabilidad, que incluye lo que los hablantes hacen a través del habla. Situada: es situada en tres sentidos, en primer lugar, las preocupaciones, orientaciones y categorías psicológicas son estudiadas como elementos incrustados en la interacción. En segundo lugar, los intereses, orientaciones y categorías psicológicas pueden estar retóricamente orientados. En tercer lugar, los intereses, orientaciones y categorías psicológicos están situadas institucionalmente, en las prácticas de la relación en una charla de terapia o consejería, en una conversación familiar, en los resúmenes de un juicio en la corte, etc. Expuesta: En lugar de esta perspectiva de la psicología, la Psicología Discursiva considera la psicología como algo expuesto en el habla y en la interacción. En este caso, la Psicología Discursiva está basada en la crítica de Wittgenstein (1953/1958) a la idea de una lengua privada, en la sociología de la mente de Coulter y, fundamentalmente, en el proyecto de Sacks (1992) para comprender la interacción y que hizo énfasis en que el lenguaje debe ser comprensible y puede aprenderse. Por lo tanto la Psicología Discursiva no es un enfoque analítico alternativo para considerar el tema de la cognición. En cambio, la Psicología Discursiva es una re-especificación minuciosa de la cognición en particular y de la psicología en general. El eje principal de esta re-especificación es el cambio en el énfasis que pasa de estar constituido por el papel práctico e interaccional de la psicología y su movimiento metodológico asociado para luego concentrarse en el análisis del discurso naturalista en escenarios cotidianos e institucionales. La psicología discursiva y el campo del análisis del discurso La re-especificación minuciosa de lo psicológico planteada por la Psicología Discursiva se enfrenta analíticamente con algunas perspectivas alternativas en el análisis del discurso (algunas ramas de la sociolingüística, algunos tipos de trabajo de proceso de discurso, algunos estilos de análisis crítico del discurso) que relacionan los estudios de la interacción con los procesos o representaciones psicológicos. Una parte importante del contraste que se manifiesta entre estos enfoques tiene su origen en uno de los objetivos que se ha planteado la Psicología discursiva que es trabajar con una perspectiva constructivista consistente que reconozca la contingencia de las descripciones y sus relaciones con las prácticas. Es este constructivismo consistente el que proporciona parte de la perspectiva distintiva a los asuntos propios de la ‘psicología’, así como un rango de temas considerados tales como ‘el contexto’. ‘los objetos materiales’, la ‘personificación’, etc. El constructivismo es una de los elementos que separa a la Psicología Discursiva de algunas ramas de la etnometodología y el análisis conversacional. logía Discursiva no es una perspectiva cognitivista, es decir, no es un intento por explicar las acciones con referencia a los estados o procesos cognitivos subyacentes. Sin embargo, los conceptos, entidades y distinciones de la cognición constituyen un tema importante en dos sentidos. En primer lugar, los estudios cognitivos consideran el amplio rango de formas en las que el lenguaje cognitivo es usado en escenarios tales como las disputas de barrio o las llamadas en busca de protección para los niños (Hepburn y Wiggins, 2005, este volumen; Stokoe y Hepburn, 2005, este volumen). En segundo lugar, estos estudio consideran las formas en las que los métodos e instrumentos psicológicos reproducen el cognitivismo al no poder abarcar analíticamente la forma en la que el habla cognitiva está orientada a la acción (ver, por ejemplo, Antaki, 2004 y Auburn, 2005 este volumen). La psicología discursiva y la crítica Este corto artículo termino con algunas breves observaciones respecto al status de la crítica en la Psicología Discursiva, enfatizando su permanente interés por un conjunto de temas que tienen que ver con las categorías y el prejuicio, el debate que ha establecido con los enfoque cognitivistas tradicionales a la psicología y su interés por la psicología y las instituciones. CATEGORÍAS Y PREJUICIO Uno de los primeros temas críticos de discusión en el estilo del análisis del discurso y que luego se convirtió en Psicología discursiva estuvo enfocado en los temas que tienen que ver con el racismo, el prejuicio y los grupos minoritarios (Potter y Wetherell, 1987; Wetherell y Potter, 1992; Wetherell et al., 1987). LA PSICOLOGÍA Y LAS INSTITUCIONES Muchos de los artículos aquí publicados muestran el valor de trabajar con materiales recolectados en escenarios institucionales. Esto permite a los investigadores abordar la forma en la que términos y orientaciones psicológicos particulares tienen roles institucionales en escenarios particulares. Uno de los objetivos de la Psicología Discursiva es mostrar la forma en la que instituciones como la terapia, la educación, los grupos de foco y los casos de las cortes judiciales pueden ser caracterizadas a través de ‘asuntos psicológicos’ específicos. Además, un análisis de este tipo puede explicar los elementos específicos de los asuntos psicológicos y la naturaleza de la institución. Por ejemplo, el artículo de Stokoe y Hepburn (2005 en este volumen)sobre los reportes de ruido en la Sociedad Nacional para la Prevención del Maltrato infantil (NSPCC) y la negociación en los barrios suministra una forma de explicar las diferencia sutiles en las consideraciones que subyacen las interacciones en estas diferentes instituciones. Estos son algunos de los temas críticos de discusión que pueden ser iluminados o esclarecidos por la Psicología Discursiva. Hepburn (2003) y Speer (2005) revisan vertientes adicionales de este trabajo.

domingo, 8 de marzo de 2015

Artículos referentes a psicología discursiva

EMOCIONES Y DISCURSO: Una mirada a la narrativa científica de la construcción social del amor. En este artículo planteamos una discusión a partir de las características generales de la psicología social de las emociones y las aportaciones desde diferentes disciplinas de esta área de investigación, para dar sentido a la relación que tienen las emociones con el lenguaje. Así, hemos revisado referencias bibliográficas básicas para el estudio de la construcción de una emoción, las hemos organizado temáticamente y clasificado en 3 grandes categorías: 1) aportaciones y antecedentes desde diferentes perspectivas; 2) enfoque construccionista y de-construccionista de la emoción y 3) enfoque pos construccionista de la emoción. En la primera categoría hemos considerado las principales aportaciones desde las Ciencias Sociales, las cuales se pueden sintetizar en dos áreas: el carácter filosófico en la construcción de una emoción y el pasaje entre la filosofía y la psicología de la emoción. En la segunda categoría hemos trazado una línea que empieza con la relación entre emoción y lenguaje y la construcción social de la emoción, es decir, su perspectiva discursiva. Finalizamos con las teorías pos construccionistas, centrándonos en el concepto de performance de Judith Butler y la tecno ciencia. Para dar mayor sentido a esta línea de estudio nos ha parecido oportuno utilizar como ejemplo una emoción en particular, el amor. Por lo general, suele considerarse que las emociones corresponden a experiencias corporales naturales que las personas recubren de lenguaje para expresarlas, siendo considerada esa expresión como irracional y subjetiva. Es decir, primero sentimos en el cuerpo lo que más tarde sale por nuestras bocas en forma de un discurso que, en cierto modo, se opone a la razón. Contemporáneamente, se viene cuestionando su carácter de proceso interno o mental exclusivo, para pasar a concebirlas como construcciones sociales de naturaleza fundamentalmente discursiva. En efecto, la psicología social de la emoción ha demostrado que los procesos, los determinantes y las consecuencias de las emociones se desarrollan en la interacción a través del lenguaje. Sucesivamente se ha centrado la atención en el binomio emoción-lenguaje. El interés ha sido elaborar argumentos que sirvan para diferenciar entre esos dos ámbitos, es decir, si las emociones se pueden “localizar” en el lenguaje o si a través del lenguaje se accede a las emociones (Harré, Finlay-Jones, 1986; Bax, 1986; Good et al., 1988). La línea que se sigue de este planteamiento se reconcentra en la psicología discursiva tal como la propone Derek Edwards, cuyo interés es el estudio de las emociones en el discurso (Edwards, Potter, 1992; Edwards 1997, 2000). Cabe decir que Edwards está claramente influenciado por las principales corrientes construccionistas-discursivas de Harré (1984), Wooffitt (1992), Billig (1987), Atkinson y Heritage (1984), Potter y Wetherell (1987). El amor ha sido a lo largo de la historia de la literatura, una suerte de argumento central alrededor del cual se ha desarrollado toda una serie de mitos y experiencias. Teniendo presente esto, vamos a aproximarnos a cada área de investigación. Antecedentes El carácter filosófico Lyons (1985: 4) afirma que las emociones no son más que modelos funcionales expresados en palabras, y es difícil concebir cómo alguien podría llegar muy lejos sin intentar formularlas. Así que las emociones son sentimientos dirigidos hacia afuera, hacia lo que en cada situación se supone que es la causa de los sentimientos. El trabajo de Ludwig Wittgenstein (1958) va justo en esta dirección, desarrollando la carga discursiva de las emociones en el lenguaje. Este autor postula que las emociones no son exclusivamente experiencias mentales, sino también procesos identitarios que determinan al individuo. Según Wittgenstein (1958), no conocemos nuestras propias emociones y nuestros propios sentimientos de manera natural, sino que los conocemos según un recorrido epistémico. Esto hace que produzcamos articulaciones lingüísticas espontáneas de nuestras sensaciones e impresiones del mundo. No las describimos sino que las expresamos. Esto hace que produzcamos articulaciones lingüísticas espontáneas de nuestras sensaciones e impresiones del mundo. No las describimos sino que las expresamos. Por esto parecen más relacionadas con el comportamiento que con la lengua. Por otra parte un tema de interés común entre la Filosofía del lenguaje y la Psicología Discursiva es la importancia del rol del lenguaje en la construcción de una emoción. Para Foucault (1966), el discurso constituye la junción entre los objetos y la teoría, y es productivo no sólo para las declaraciones, es decir, lo explícito, sino también para el objetivo y la potencia del objeto en cuestión. El análisis del discurso foucaultiano permite comprender cómo los efectos inmateriales son tomados seriamente en el discurso y, al mismo tiempo, dadas sus condiciones cambiantes, producen efectos contingentes. Esta perspectiva, dado que permite sacar lo inmaterial desde el habla, permite a su vez extraer las emociones usando como plataforma el discurso. En este apartado hemos podido comprender la importancia que juega el papel de las emociones en el lenguaje según la perspectiva filosófica. En este sentido, antes que la Psicología y de la Sociología, los filósofos ya trataban la emoción como construcción discursiva, llegando a afirmar que la emoción está dentro del lenguaje mismo y que no existe fuera de él. El pasaje de la Filosofía a la Psicología Sobre el tema de las emociones existe en la Psicología un gran número de aproximaciones teóricas que mantienen puntos de vista diferentes. Mayor (1988) sostiene que no hay una definición de emoción comúnmente aceptada, y por este motivo la historia de la emoción en la Psicología debe verse en el contexto de los cambios en la Psicología general. Charles Darwin utilizó por primera vez el término expression emotional, es decir, la emoción es algo que se expresa y se espera; “¿Qué es una emoción?” es también la pregunta que se planteaba en 1884 William James. Considerado uno de los psicólogos y filósofos más importantes de Estados Unidos. James retoma la misma pregunta que años antes realizó Darwin. Este es el fundamento de la perspectiva psicofisiológica, y fue la psicología conductista elaborada por William James (1890) la que dio inicio a numerosos estudios sobre la emoción. Para comprender la perspectiva de James, aparte de sus trabajos sobre la percepción del miedo, fue el estudio sobre la percepción del amor. Para James el amor es la percepción de un cambio corporal que se produce en un individuo. Es decir, el amor, como cualquier otra emoción, es producto de un cambio corporal. Por otra parte Stanley Schachter y Jerome Singer (1962) ofrecieron una teoría sobre la naturaleza de las emociones. Ambos sostienen que las emociones son una amalgama de estados psicológicos y sus consecuencias. Schachter y Singer demostraron como con el consumo de algunas vitaminas (o drogas), se podía notar el efecto que producían a nivel emocional en los individuos. En esta óptica, Mayor (1988) considera las dos facetas de la emoción, la mental y la orgánica, pueden integrarse en las distintas perspectivas. Mandler (1988) argumenta que lo que una Psicología de la emoción debe encarar son las condiciones que hacen surgir los eventos cognitivos y fisiológicos y las reglas combinatorias de ambos, así como ofrecer una perspectiva que integre los aspectos cognitivistas y conductistas como parte de una misma Psicología de la emoción, recogiendo tanto las contribuciones de unos como de otros, ya que ambos se han estudiado por separado especialmente después de las brillantes aportaciones de Ekman (1982). Hemos podido entender cómo nació el interés en el estudio de la emoción en la Psicología, sobre todo cómo a través de los años este interés ha pasado por diferentes corrientes, y ha cambiado su manera de entender la emoción como un proceso psicológico. Ha resultado útil alinear esta trayectoria para situar al lector en una posición más cómoda para comprender la trayectoria que dibujan los autores de este texto sobre la importancia que tiene el lenguaje en el estudio de las emociones. Estudio de la construcción social de la emoción Después de haber definido lo que entendemos por emociones y lenguaje, ahora nos dedicaremos al núcleo de este artículo: los estudios de la construcción social de la emoción. Nos interesa, particularmente, las perspectivas histórica y discursiva. Los autores que investigan la construcción social de la emoción desde el punto de vista histórico son varios, pero los más destacables son Harré (1984), Stearns y Stearns (1985), Gergen (1990), Clark (1988), Dickinson y O‟Shaughnessy (1997), Kemper (1981) y Wouters (1989). La perspectiva histórica plantea una teoría particular de la construcción social de la emoción, partiendo de los estudios de la evolución de la “acidia”. La segunda macro-categoría de los estudios sobre la construcción social de la emoción que nos ha parecido importante presentar en esta revisión es la discursiva. Una primera línea se ha centrado en dilucidar la emoción como un recurso discursivo (Lakoff, 1980). En esta dirección se encuentran trabajos innovadores, creativos y de calidad (Russel, 2003; Wierzbicka, 2008; Gibbs, 2006; Greenwood, 1992; Harré y Stearns, 1995; Hollander y Gordon, 2006; Kövecses y Palmer, 1999). Estos autores parten de un punto en común: concebir la emoción como un producto construido por el discurso. Psicología Discursiva de la emoción Después de haber presentado de qué manera el socio-construccionismo ayuda a entender cómo construimos las emociones a través el lenguaje, ahora nos centraremos en los aspectos psicológicos. Como dice Larsson (1997), lo que las emociones permiten es compartir. Para la psicología discursiva, el rol de las interacciones verbales es ¿Cómo esta emoción particular ha desaparecido, ha cambiado a través del transcurrir del tiempo? Lo veremos más detalladamente en la parte final de nuestro artículo. fundamental en la constitución y el surgimiento de lo psíquico, sobre todo en la relación entre seres humanos. Ahora bien, como fruto del interés compartido por la construcción social de las emociones y de la psicología, en las últimas décadas se han realizado aportaciones que se sitúan a sí mismas en un nuevo espacio denominado “psicología discursiva de la emoción” (Edwards, 1997, 2001); espacio que se corresponde con la junción de las diferentes líneas que hemos distinguido ut supra. En la psicología discursiva de la emoción el tema más importante es el uso que se da a las emociones en el discurso, específicamente las acciones y efectos que produce el discurso emotivo en los marcos relacionales (Buttny, 1993). La Psicología Discursiva de la emoción se constituye a partir de los estudios de autores como Oatley y Jenkins (1992) y los trabajos que explican la emoción basada en la cognición, Coulter (1990) y su bosquejo de la disposición y sensación emotivas y, finalmente, Garfinkel (1984) con la categorización de las emociones según los criterios de racionalidad. Para comprender la Psicología Discursiva hay que retomar algunos autores Socioconstruccionistas, específicamente las aportaciones de Harré (1986). A pesar de lo que defendemos en este artículo, la Psicología Discursiva y el construccionismo social se han diferenciado en el enfoque. Mientras que la Psicología Discursiva se ha centrado más en el papel del habla, el construccionismo social ha puesto su énfasis en las relaciones sociales y en el contexto donde se producen. Hay también quien sostiene (Cortina, 2004) que autores como Lakoff (1980) y Wierzbicka (2008) y sus modelos cognitivos-semánticos dan importantes aportaciones a la Psicología Discursiva, sin que por esto haya que mencionar y dar importancia a los procesos discursivos. Gergen (1994) encuentra una importante relación entre estas dos perspectivas y propone el modelo cognitivo-semántico y el construccionismo social. Los temas psicológicos que analiza principalmente la Psicología Discursiva de la emoción son el estudio de las percepciones, de los sentimientos y, por último, de las emociones (Edwards, 1997; Iñiguez, 2003; Edwards y Potter, 1992; Edwards, 2000, 2001). Según Edwards (2001) “la psicología de la emoción se convierte en el estudio de cómo se utilizan y se hacen relevantes los términos emocionales en el discurso cotidiano”. Edwards (2000, 2001) estudia la inversión emocional en el habla de forma extrema, y considera la construcción de reacciones como reacciones emocionales. El tema de las reacciones emocionales es analizado más detalladamente por Bamberg (2005). Lo que se ha visto en este apartado es una muestra representativa de los autores y de los trabajos más importantes en la disciplina de la Psicología Discursiva de la emoción. En el próximo apartado se introduce la perspectiva post construccionista en el estudio de la emoción. 6 El mismo Edwards (2001) cita algunos antecedentes de la Psicología Discursiva de la emoción: Pollner (1987) y las inconexiones con la realidad, Atkinson y Heritage (1984) y sus investigaciones de la exclamación “¡OH!” en la recepción de nueva información, Lynch y Bogen (1996) y sus estudios sobre el olvido y la memoria, además de Buttny (1993) y sus estudios sobre la responsabilidad social en la comunicación. Esta definición está bien argumentada (Edwards, 1997, 2000) y es ampliamente compartida (Harré, 1989). Discusión Como sustentamos en el artículo anterior (Belli, S.; Iñiguez, L. 2008), las emociones tienen una fuerte relación con el lenguaje. Se pueden expresar emociones a través del lenguaje. Es por esta razón que creemos fundamental en este artículo profundizar cómo, desde diferentes disciplinas de las Ciencias Sociales, se han aportado importantes contribuciones a esta tesis. Sobre todo desde la Filosofía, la Psicología, la Sociología y la Lingüística. Todos estos campos de las ciencias sociales han servido para llegar al construccionismo social de las emociones. Es importante comprender que es imposible hablar de construccionismo social de las emociones sin tener en cuenta estos antecedentes y estas aportaciones. Como hemos dicho a lo largo de este artículo, expresar emociones significa tener algo en común con los demás. Hemos visto también como una
emocional, como por ejemplo el amor, cambia a través este desarrollo histórico-discursivo. Porque las emociones son una performance continua, cada intento de repetirlas está destinado a fracasar. Como sabemos el amor es una variable, cambia continuamente, nunca está al mismo nivel, no es posible encontrar una única definición de amor compartida. Es una performance continua y constante. Para cada individuo existe una versión del amor que cambia continuamente, cambia en el tiempo, cambia respecto a la persona que tienes a tu lado. Proximo Articulo "Como hacer mas interesante la psicologia"

sábado, 7 de marzo de 2015

ANTECEDENTES: ANÁLISIS DEL DISCURSO



Análisis del discurso

El enfoque discursivo en la psicología social, posee orígenes diversos ya que se basa en distintas corrientes, y así mismo ha sido pauta para orientar y articular diversas teorías. El antecedente inmediato de la psicología discursiva esta presente en el "análisis del discurso" el cual fue trabajado por Jonathan Potter y Margaret Wetherell. 

El análisis del discurso se utilizo como de alternativa metodológica para el estudio de los procesos sociales y psicosociales. De manera progresiva esta alternativa se convirtió en una de las premisas centrales de la psicología social. 

Este análisis nace a partir de la influencia del "segundo wittgenstein" y sus reflexiones sobre "los juegos del lenguaje" , así como, la influencia del "giro lingüístico". A partir de estas ideas el lenguaje adquirió un lugar central, en donde las mayoría de las acciones humanas son lingüísticas e inclusive se afirmaba que "todo es lenguaje". De esta manera inicio una serie atribuciones que permitieron separar/oponer el lenguaje cotidiano del lenguaje científico especializado y formal, elaborando de esta manera  la interrogante central en donde se preocupaban de la importancia de la elaboración de un lenguaje especifico que sea capaz de explicar el mundo cómo es realmente.

El trabajo del filósofo John Austin y, específicamente, su “Teoría de los Actos de Habla”, representa también otra de las fuentes de influencia. El lenguaje no sólo tiene como función la descripción de la realidad, sino que realiza acciones. Dicho de otra manera, el lenguaje es una práctica social y, de hecho, en muchas ocasiones sólo es posible construir determinadas realidades haciendo uso de él en el sentido de que posee propiedades realizativas; o lo que es lo mismo, en la interacción, el lenguaje actúa, y tomar este hecho en consideración es necesario para comprender la interacción humana.

La Etnometodología, la perspectiva sociológica que Harold Garfinkel construyo, conforma una tercera influencia sobre el Análisis del Discurso y la Psicología Discursiva por la importancia que concede a los procesos involucrados en las prácticas que dan sentido a la vida cotidiana y, obviamente, al lenguaje como dimensión fundamental de dichas prácticas. El habla, en lugar de ser considerada un indicador de algún proceso interno, como supone el programa cognitivo, constituye un objeto de investigación en sí mismo, en la medida en que puede ser adoptado como recurso explicativo de los procesos que se analizan. Desde un punto de vista etnometodológico se toma en consideración el carácter intencional de los agentes sociales y la inherente reflexividad, en el sentido que los/ as participantes en la interacción son conscientes de las reglas que están siguiendo de modo que, en un momento dado, no sólo pueden construirlas y reconstruirlas, sino también cambiarlas. En la Etnometodología, de la misma manera , el contexto toma una importancia primordial. En efecto, la indexicalidad como propiedad según la cual, las mismas acciones adquieren significado diferente en distintos contextos, abre un espacio nuevo y complementario a la comprensión de dos aspectos capitales: por un lado, la posibilidad de ver las reglas sociales como algo flexible y en permanente estado de elaboración y, por otro, la posibilidad de entender cómo el significado es elaborado y compartido en cada proceso de interacción contextualizado.

La influencia de la lingüística estructural, aunque también importante, es menor que las referidas hasta ahora. Tanto el Análisis del discurso como la Perspectiva Discursiva recogen, principalmente, de la Semiología la noción de arbitraria del signo lingüístico de acuerdo con la teoría del signo de Ferdinand de Saussure. Dado que no existe una relación necesaria entre el significante y el significado, el significado se construye a partir de un sistema de oposiciones y diferencias. Sin embargo, la Semiología concede demasiada importancia a la estructura del lenguaje, en perjuicio de su uso real, lo que constituye un punto de separación respecto al Análisis del discurso y a la Perspectiva Discursiva en Psicología Social.

 La hermenéutica de Hans-Georg Gadamer y su acento sobre el “estar-en-el-mundo”, constituye otro de los influjos que, también, se deben mencionar. Para Gadamer el lenguaje no es solamente uno de los instrumentos de que está dotado el ser humano, sino que el lenguaje es el fundamento para que los seres humanos tengan mundo. Es decir, el lenguaje no posee una existencia autónoma frente al mundo que hablaría a través de él. Por el contrario, el mundo es mundo en cuanto se convierte en tal a través del lenguaje; o lo que es lo mismo, el lenguaje adquiere existencia en la medida en que construye el mundo. En este sentido, debe entenderse que el origen humano del lenguaje significa, simultáneamente, la lingüisticidad originaria del “estar-en-el-mundo” de las personas: el mundo está constituido lingüísticamente e, inseparablemente, el lenguaje implica constituir el mundo.

 Por último, en lo que se refiere a las influencias mediatas, resulta ineludible mencionar el análisis de Michel Foucault sobre el papel de los discursos en la construcción de diferentes objetos (como la locura o la sexualidad) y prácticas, así como el análisis de las condiciones de posibilidad de discursos y prácticas. Para Foucault, un discurso es algo más que el habla, algo más que un conjunto de enunciados. El discurso es una práctica, y como para cualquier otra práctica social, se pueden definir sus condiciones de producción. En ese sentido, todo discurso tiene un contexto de producción. Ese contexto es la formación discursiva. Foucault la concibe como un conjunto de relaciones que articulan un discurso, cuya propiedad definitoria es la de actuar como regulaciones del orden del discurso mediante la organización de estrategias, facultando para la puesta en circulación de determinados enunciados en detrimento de otros, para definir o caracterizar un determinado objeto. Los discursos son pues, desde el punto de vista de Michel Foucault, prácticas sociales por lo que a partir de Foucault se habla más de prácticas discursivas, entendidas como reglas, constituidas en un proceso histórico que van definiendo en una época concreta y en grupos o comunidades específicos y concretos, las condiciones que hacen posible una enunciación. Aunque Foucault no niegue que los discursos estén conformados por signos, rechaza que los discursos tan sólo se sirvan de los signos para mostrar o revelar cosas. Los discursos hacen algo más que utilizar signos, lo que los vuelve irreductibles a la lengua y la palabra. En ese sentido, la tarea en el análisis consiste en tratar los discursos como prácticas que forman sistemáticamente los objetos de que hablan  y abandonar la consideración de los discursos como conjuntos de signos o elementos significantes que son la representación de una realidad.
















Representantes

REPRESENTANTES PRINCIPALES

Entre los representantes mas destacados podemos encontrarnos con Jonathan Potter :

Jonathan Potter nació en 1956 , en  Ashford, Kent, y pasó la mayor parte de su infancia en el pueblo de Laughton, Sussex del Este ; su padre era un maestro de escuela y su madre era una artista batik. Él fue a la escuela en Lewes y luego a un posgrado en Psicología de la Universidad de Liverpool en 1974, donde fue expuesto a la política radical de la ciudad, se  intereso  ​​en terapias alternativas, y respondió a la psicología empírica británica tradicional que era el pilar del programa de Licenciatura en Psicología en Liverpool en el momento. Él leyó la obra de John Shotter, Kenneth Gergen y Rom Harré y se emocionó por la llamada crisis de la psicología social.

Él leyó y escribió acerca de :
Thomas Kuhn
 Paul Feyerabend
 Imre Lakatos
Comenzó un doctorado a tiempo parcial con Peter Stringer, en Psicología en la Universidad de Surrey, mientras que también está trabajando en un proyecto sobre la experiencia de los turistas extranjeros a Bath alojamiento y desayuno hoteles. En este período conoció y comenzó a vivir con Margaret Wetherell , que estaba haciendo un doctorado con John Turner, que, con Howard Giles y Henri Tajfel , fue una figura clave en la psicología social británica. Tomó parte en la cultura intelectual vibrante de la psicología social en Bristol en el momento a pesar de que era una voz solitaria contra el enfoque ampliamente experimental de Bristol tradición de la llamada Psicología Social Europea.
Cuando Peter Stringer, dejó Surrey para pasar a un Presidente en los Países Bajos Potter solicitado financiación  de nuevo y comenzó a trabajar con Michael Mulkay en la Universidad de York. Trabajó en la sociología de la tradición del conocimiento científico, centrándose en las grabaciones de los psicólogos debaten entre sí en las conferencias.Cada vez que el trabajo se convirtió en un análisis del discurso científico.
Después de 4 años de contratos temporales en St Andrews se le ofreció un puesto en la Universidad de Loughborough, donde ha enseñado desde entonces, primero como profesor  de Análisis del Discurso desde 1996, y Jefe del Departamento de febrero 2010. En Loughborough trabajó con y fue influenciado por Derek Edwards, Michael Billig , Charles Antaki y, más recientemente, Elizabeth Stokoe. Desde 1996 ha vivido con y colaborado  con, Alexa Hepburn . En la última década ha impartido talleres y cursos cortos en Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca, España, Venezuela, Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y el Reino Unido.

En 2005 su libro Cognición y Conversación (editado conjuntamente con Hedwig ) recibió el premio inaugural de la Asociación Americana de Sociología etnometodología y la sección Análisis de la Conversación en 2007. En 2008 fue elegido miembro de UK Academia de Ciencias Sociales.
En 1984 se publicó Textos Sociales y Contexto: Literatura y Psicología Social con Margaret Wetherell y Peter Stringer.
Es co-autor, junto con Margaret Wetherell del Discurso influyente libro y Psicología Social, que es uno de los textos fundacionales que desarrollaron un enfoque analítico del discurso de la psicología social, un programa ahora refina en psicología discursiva . Ofreció nuevas formas de conceptualizar las nociones psicológicas sociales fundamentales como las actitudes , las categorías, las representaciones sociales y las reglas.
En 1996 publicó el libro En representación de la realidad. Este fue el fruto de un compromiso sostenido con la sociología del conocimiento científico y otros enfoques para facticidad y ofreció un panorama general, la extensión y la crítica del construccionismo social en las ciencias sociales. Se desarrolló una versión discursiva del construccionismo en contraste con los construccionismos sociales más familiares de pensadores como Peter Berger y Thomas Luckmann .
En su colección Conversación y Cognición, co-editado con Hedwig , reunió a un grupo de analistas de la conversación, etnometodologos  y psicólogos discursivos (incluyendo Geoff Coulter, John Patrimonio, Anita Pomerantz, y Robert Hopper) para abordar las cuestiones fundamentales en el límite de trabajo sobre la cognición y la interacción.
En 2007 editó un conjunto de tres volúmenes de libros que reúnen a una amplia gama de diferentes estudios en psicología discursiva.